¿QUÉ ESTOY HACIENDO CON MI VIDA?
Lic. E. Jorge Antognazza
Capitulo I
EL DESEO DE CAMBIO...
Y el miedo a cambiar
RESUMEN
El ser humano se siente INCOMPLETO. Se percata del inexorable paso del tiempo, de las oportunidades que dejamos pasar, de la renuncia a nuestros deseos por los de otros... Cuanto tomamos conciencia de estas carencias podemos preguntarnos... ¿Qué estoy haciendo con mi vida?. La actitud que defiende el autor ante este malestar es el de las personas que aceptan la situación desagradable y hacen lo que tienen que hacer para producir un cambio.
LAS CONDICIONES PARA LOGRAR EL CAMBIO y llevar una vida satisfactoria, según el autor, son la autoconciencia, la autocrítica, el deseo de cambio y la buena fe.
La autonciencia.
Todo proceso de cambio comienza con darnos cuenta de las propias carencias, dificultades, circunstancias desfavorables. Cuando esto sucede el dolor que produce este reconocimiento nos puede hacer huir del compromiso y responsabilidad que supone el cambio. Algunas personas instrumentan insconcientemente un mecanismo de defensa llamado descalificación o desestimación. La desestimación consiste en no ver el problema, quitarle importancia, rechazarlo, devaluarlo, renegar de eso, excluirlo, negarlo.
Se pueden descalificar varios aspectos de una circunstancia:
1) La situación en sí misma: "eso no está ocurriendo";
2) La importancia de lo que ocurre: "no te preocupes, no es nada."
3) La capacidad propia para resolverla: "no puedo hacer nada"
4) La resolución de esa situación: "nada se puede hacer; nadie puede ayudarme".
Autocrítica:
Si en la toma de conciencia nos damos cuenta de que algo no está funcionando bien en nuestra vida, en esta etapa nos hacemos cargo de la parte de nuestra responsabilidad en el asunto. El principal responsable de lo que nos pasa no son las circunstancias, el gobierno, el mal tiempo
sino que cada uno de nosotros somos responsables de nosotros mismos. La aceptación de este hecho está condicionada por la imagen que tenemos de nosotros mismos. La imagen es la apariencia que nos hemos fabricado más para nosotros mismos que para los demás y la idealización de esa figura tiene como objetivo engrandecerla, exaltarla. Lamentablemente, se trata de una mentira que hay que sostener con la consiguiente baja de energía vital por cuanto usar diariamente esa máscara o máscaras provoca agotamiento.
Esta imagen es tan persistente y difícil de extirpar porque son creencias en verdades absolutas, verdades que no se deben cuestionar porque se corre el peligro de que se desmorone todo el sistema y, por ende, la imagen de sí mismo, la propia identidad. Este SICVA (Sistema de Creencias en Verdades Absolutas) se erige como un poderoso obstáculo para el cambio. Para que éste se produzca es importante cuestionar esas "verdades absolutas" sabiendo, de antemano, que la imagen construida puede tambalearse. Esto va a generar elevados montos de angustia.
Deseo de cambio
Tienes que sentir, pensar y hacer lo conveniente para generar transformaciones en la propia vida evaluando las consecuencias de cada decisión tomada. Para la psicoterapia integrativa, en realidad, las circunstancias son predominantemente internas y en esto consiste la responsabilidad. El proceso de cambio es una tarea ardua pues se debe poner en juego la identidad construida a lo largo de los años y que está sostenida por ese Sistema Interno de Creencias
La buena fe o ausencia de autoengaño
Un individuo que actúa de mala fe rige su vida por la falsedad, la mentira, un estado de apariencia, se inventa una vida inexistente, se pone trampa tras trampa, se estafa, se defrauda a sí mismo. Una parte de él conoce lo que está haciendo consigo mismo pero lo descalifica apelando a miles de argucias y excusas tan poco convincentes que no soportarían la más mínima confrontación. De ahí que las personas a las que se les cuestionan esas falsas justificaciones se enojan o responden de manera brusca, agresiva. Se sienten ofendidos, atrapados en un decir sin base cierta.
